Impresiona ver la cantidad de chatarra que somos capaces de de producir. Se organizaba como una ciudad, se distribuía por calles y tipos de vehículos, aquí coches pequeño, allí motos, un poco más arriba furgonetas, al lado ....¿qué podía ser eso? imposible definir, había todo tipo de vehículo.
También se clasificaban por colores, lo podías encontrar organizados en tractores verdes, caterpillas amarillas, todoterrenos azules, camiones blancos, los ojos se perdían por un mar de vehículos hacía el verde del horizonte. En algunos casos estaban enteros, en otros ya había sido" intervenidos", todos contaban una historia, nuestras hitorias.
Están
esperando una segunda oportunidad, aún se pueden clonar o repartir pues
les queda mucha marcha... El desguace también provoca una reflexión
sobre el tipo de vida que llevamos, como el exceso de consumo y de
materias primas, muchas de ellas que no aprovechamos y que al final
contaminan nuestros suelos y nuestras aguas. En el desguace había
materiales para montar un ejército de vehículos "recuperados", todos
merecen esa segunda oportunidad.
Al final de jornada pudimos disfrutar y disfrutar de las hermosas vistas de la tarde bajo la preciosa ciudad de Arcos de la Frontera.
Nos vemos dibujando esta larga primavera
